Percepción de olor a canela, clavos, café y azúcar en pacientes con enfermedad de Parkinson y sin ella

RESUMEN: La Enfermedad de Parkinson (EP) es la segunda condición neurodegenerativa más común en el mundo, y se estima una prevalencia en Colombia de 4.7 casos por 1.000 habitantes. Con el avance del conocimiento, cada día se hace más evidente la importancia de los síntomas no motores que la acompaña...

Full description

Autores:
Agudelo Uribe, María del Pilar
Tipo de recurso:
Tesis
Fecha de publicación:
2023
Institución:
Universidad de Antioquia
Repositorio:
Repositorio UdeA
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:bibliotecadigital.udea.edu.co:10495/39960
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/10495/39960
Palabra clave:
Enfermedad de Parkinson
Parkinson disease
Anosmia
Odorantes
Odorants
Olfatometría
Olfactometry
https://id.nlm.nih.gov/mesh/D010300
https://id.nlm.nih.gov/mesh/D000086582
https://id.nlm.nih.gov/mesh/D009812
https://id.nlm.nih.gov/mesh/D064367
Rights
openAccess
License
https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Description
Summary:RESUMEN: La Enfermedad de Parkinson (EP) es la segunda condición neurodegenerativa más común en el mundo, y se estima una prevalencia en Colombia de 4.7 casos por 1.000 habitantes. Con el avance del conocimiento, cada día se hace más evidente la importancia de los síntomas no motores que la acompañan, algunos de los cuales preceden por años la aparición de los síntomas motores característicos de la enfermedad. Uno de ellos es la disminución en la percepción de olores o hiposmia, que se encuentra presente en el 75% de los pacientes y es capaz de preceder a los síntomas motores hasta seis años, y diferenciar la Enfermedad de Parkinson de otros tipos de parkinsonismo. El sentido del olfato tiene un papel importante en la vida del individuo, requiere múltiples conexiones nerviosas que le permiten a este interactuar con el medio: detectar riesgos potenciales como comida en mal estado, humo, químicos, entre otros; también le permite cocinar, disfrutar de alimentos, o estimular su apetito. Es por lo anterior que la valoración del olfato es fundamental en el examen físico de rutina, y esta debe realizarse por medio de pruebas estandarizadas, pues se ha identificado que la autoevaluación del olfato es poco precisa y no es recomendable utilizarla de forma aislada para la evaluación de la hiposmia en la EP. Esto debido a que el 52% de pacientes con este diagnóstico sobrevalora su sentido del olfato, y sólo el 27% reconocen adecuadamente hiposmia. Actualmente se cuenta con una amplia cantidad de pruebas que permiten valorar la función del sentido del olfato. Algunas de estas pruebas se basan en la identificación de fragancias, mientas que otras miden adicionalmente el umbral discriminatorio de las mismas. Algunas de ellas han sido validadas y ampliamente utilizadas, por ejemplo, la prueba de olores de la Universidad de Pensilvania (UPSIT). Sin embargo, son pocas las comparaciones estadísticamente válidas, lo que dificulta saber cuál es la mejor. Las pruebas estandarizadas son de alto costo en Colombia, lo cual dificulta el acceso y validación de estas en la población. Por tanto, en el año 2022 se planteó una prueba de identificación de olores: clavos, canela, café y azúcar; donde se hizo evidente que la mayoría de la población sana identificó dos de los cuatro olores (café y canela) y se planteó la propuesta de que los pacientes que percibieran uno o ningún olor, deberían someterse a evaluaciones complementarias. El presente trabajo se consolida como una segunda parte del estudio ya mencionado, buscando determinar si al utilizar esta prueba, hay diferencia en la percepción de los olores: Clavos, canela, café y azúcar entre pacientes con Enfermedad de Párkinson y controles sin ella, evaluados en la consulta de neurología de una institución de alto nivel de complejidad.