Enseñar ciencias y, a la vez, promover la enculturación científica.

En el transcurso de los últimos treinta años, la didáctica de las ciencias se ha consolidado como un campo de investigación y de sistematizaciones teóricas concernientes a las diversas facetas que caracterizan la enseñanza de las ciencias. Ese conjunto de conocimientos ha respaldado la planificación...

Full description

Autores:
Pessoa de Carvalho, Anna Maria
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2006
Institución:
Universidad Pedagógica Nacional
Repositorio:
Repositorio Institucional UPN
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.pedagogica.edu.co:20.500.12209/15070
Acceso en línea:
https://revistas.upn.edu.co/index.php/TED/article/view/1057
http://hdl.handle.net/20.500.12209/15070
Palabra clave:
Rights
openAccess
License
https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0
Description
Summary:En el transcurso de los últimos treinta años, la didáctica de las ciencias se ha consolidado como un campo de investigación y de sistematizaciones teóricas concernientes a las diversas facetas que caracterizan la enseñanza de las ciencias. Ese conjunto de conocimientos ha respaldado la planificación de cursos, cuyo propósito es hacer que los alumnos produzcan conocimientos significativos referidos no sólo al contenido de las asignaturas científicas, sino también al proceso de construcción de la ciencia misma, en especial a este último. Al estudiar ese proceso, diversos investigadores han demostrado que la ciencia se puede entender como una cultura que tiene reglas, valores y lenguaje propios, por lo que su aprendizaje se debe tomar como un proceso de enculturación. A raíz de ello, uno de los principales papeles del profesor es introducir a sus alumnos en esa nueva cultura, ayudándolos a cruzar las fronteras entre la cultura cotidiana y la científica. Introducir en la enseñanza las asignaturas de historia y filosofía de las ciencias siempre les pareció a los profesores, y también a los elaboradores de currículos, una de las actividades que facilitarían y ayudarían a los alumnos en ese proceso de transposición entre culturas. Sin embargo, la cuestión principal es precisamente cuál o cuáles aportes de este inmenso campo del conocimiento –historia y filosofía de las ciencias– serían importantes e incluso indispensables para la enseñanza de las Ciencias, y si tales aspectos serían los mismos para la enseñanza en la escuela básica que para la formación de los maestros. Aunque partamos del principio de que no existe una fórmula “cerrada” para un concepto de ciencia, y de que la naturaleza del trabajo científico es un punto de debate en el que hay divergencias entre filósofos de la ciencia, así como también entre algunos autores que analizan a tales filósofos, podemos proponer algunos consensos que nos indican las contribuciones:• La ciencia es una construcción histórica, humana, viva y, por ende, un conjunto de interpretaciones del mundo hechas por cada colectivo, desde su propia perspectiva. • La ciencia es un conocimiento abierto, sujeto a cambios y reformulaciones. • La construcción de este conocimiento se rige por paradigmas que influyen en la observación y la interpretación de un determinado fenómeno. • El conocimiento científico no se construye específicamente, y uno de los objetivos de la ciencia es crear interacciones y relaciones entre las teorías.