El “orden institucionalizado” del mal: Colombia

En el contexto colombiano, el Estado se ha transformado en un instrumento que, en algunos casos, incluye la gestión criminal a través de prácticas y dinámicas que han permeado diversos niveles de la sociedad y las instituciones. El presente texto hace una breve introducción en perspectiva histórica...

Full description

Autores:
Insuasty, Alfonso
Cometa, Alejandro
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2024
Institución:
Universidad Externado de Colombia
Repositorio:
Biblioteca Digital Universidad Externado de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:bdigital.uexternado.edu.co:001/25307
Acceso en línea:
https://bdigital.uexternado.edu.co/handle/001/25307
https://doi.org/10.18601/16578651.n36.06
Palabra clave:
Criminality;
enterprise;
State;
dispossession;
violence;
multinationals;
power sectors;
hegemonies
criminalidad;
empresa;
Estado;
despojo;
violencia;
multinacionales;
sectores de poder;
hegemonías
Rights
openAccess
License
Alfonso Insuasty, Alejandro Cometa - 2024
Description
Summary:En el contexto colombiano, el Estado se ha transformado en un instrumento que, en algunos casos, incluye la gestión criminal a través de prácticas y dinámicas que han permeado diversos niveles de la sociedad y las instituciones. El presente texto hace una breve introducción en perspectiva histórica para ubicar la dimensión de la situación. Luego, con base en un cúmulo de documentos oficiales y la línea investigativa adelantada por el grupo Kavilando sobre este tema, se presentan características y rutas de la génesis de este orden institucional del mal, de esta reconfiguración del Estado que incluye el orden criminal como parte de su estructura real. Este fenómeno ha instaurado un modelo de administración pública de corte corporativista, que constantemente impide y se opone a la implementación de reformas y ajustes institucionales democráticos necesarios. Estas reformas son cruciales para lograr equidad, justicia, ética en lo público, participación real, verdad y no repetición de violencias pasadas, que son condiciones fundamentales para avanzar hacia una paz participativa, transformadora, sostenible y duradera.