Impacto de los escenarios potenciales de comportamientos disruptivos en la práctica médica: una revisión narrativa

La buena práctica médica es más que la correcta ejecución de procedimientos científicos, implica la adhesión de principios éticos y profesionales, garantizando la calidad de atención y ambiente laboral. Sin embargo, la falta de compromiso y cumplimiento de estos estándares generan una mala praxis qu...

Full description

Autores:
Lora Villamil, Nestor
Ariza Perez, Diana
Brun Gudiño, Ana
Moscote Salazar, Luis
Garcia Ballestas, Ezequiel
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2024
Institución:
Universidad de Cartagena
Repositorio:
Repositorio Universidad de Cartagena
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unicartagena.edu.co:11227/18748
Acceso en línea:
https://doi.org/10.32997/rcb-2024-4885
Palabra clave:
Mala Praxis
Inhabilitación Profesional
Conductas Relacionadas con la Salud
Agotamiento Psicológico
Relaciones Médico-Paciente
Malpractice
Professional Impairment
Health-related Behaviors
Burnout
Doctor-Patient Relations
Rights
openAccess
License
https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0
Description
Summary:La buena práctica médica es más que la correcta ejecución de procedimientos científicos, implica la adhesión de principios éticos y profesionales, garantizando la calidad de atención y ambiente laboral. Sin embargo, la falta de compromiso y cumplimiento de estos estándares generan una mala praxis que afecta tanto a los pacientes como al personal de la salud. Los comportamientos disruptivos se definen como interacciones verbales o físicas que afectan negativamente al ambiente laboral. Las principales conductas disruptivas en el ámbito médico incluyen el acoso, la intimidación y la agresividad, las cuales se asocian con consecuencias adversas como errores médicos, insatisfacción de los pacientes y un aumento en los costos de atención. A pesar de su impacto, estas conductas se han normalizado en muchos entornos médicos, convirtiéndose en un problema en aumento.   Factores como el estrés, la fatiga y las dificultades personales o laborales contribuyen significativamente a la aparición de comportamientos disruptivos. Por ello, resulta fundamental identificar y abordar estas conductas, promoviendo estrategias que fortalezcan las competencias del personal para resolver conflictos de manera efectiva. Además, los comportamientos disruptivos no solo deterioran la calidad del servicio, sino que también afectan la estabilidad mental y emocional de los profesionales. En consecuencia, resulta crucial implementar iniciativas que promuevan un ambiente colaborativo, respetuoso y libre de actitudes nocivas, con el objetivo de garantizar el bienestar del equipo médico y mejorar la atención brindada a los pacientes.