Lamentación por Tiro (Ez 28,11-19).

La lamentación sobre el rey de Tiro que se encuentra en Ez 28,11- 19 tiene su mejor interpretación en el texto masorético –que podría no ser el original–, según el cual, un rey de Tiro era magnífico y sabio, pero se ensoberbeció y pretendió convertirse en un dios, por lo que Dios lo castiga con la e...

Full description

Autores:
del Río, Javier
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2023
Institución:
Universidad de San Buenaventura
Repositorio:
Repositorio USB
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:bibliotecadigital.usb.edu.co:10819/28037
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/10819/28037
https://doi.org/10.21500/01201468.5852
Palabra clave:
King of Tyre
Adam
Eve
Gods
Rey de Tiro
Adán
Eva
dioses
Rights
openAccess
License
Franciscanum - 2023
Description
Summary:La lamentación sobre el rey de Tiro que se encuentra en Ez 28,11- 19 tiene su mejor interpretación en el texto masorético –que podría no ser el original–, según el cual, un rey de Tiro era magnífico y sabio, pero se ensoberbeció y pretendió convertirse en un dios, por lo que Dios lo castiga con la expulsión y aniquilación. La tradición judía ve en ese rey ya sea a Adán, ya a Eva, pero dichas identificaciones, aunque iluminan un aspecto del poema, no explican su conjunto. El hebreo (no vocalizado) se presta a una interpretación diferente de la masorética, en la que el rey de Tiro era realmente un dios, pero que sería destituido y destruido por su soberbia. En esta línea interpretativa, es posible incluir la que relaciona esta lamentación con la creación según mitos ugaríticos y mesopotámicos, presentes también en la Biblia. Dios habría tenido que luchar con otros dioses para establecer orden en la creación. Los LXX orientaron la lamentación hacia el sumo sacerdote, sin que podamos precisar exactamente cuál. También es posible que esa traducción haya sufrido una glosa que identificaría al rey de Tiro no con el sumo sacerdote, sino con Antíoco IV. Finalmente, la tradición cristiana antigua vio en este rey al mismo Satanás, al que identificó con la serpiente de Gn 3. Aunque esta interpretación es muy popu­lar –en el cristianismo–, no puede erigirse en la explicación de la lamentación, pues tiene muchas diferencias con la historia de Gn 3.