Vengo por mi hija y me la voy a llevar. Crónicas

El proceso de investigación para cada crónica, el seguimiento a sus personajes, conocer sus vidas y sus asuntos más complejos y oírlos narrar los momentos esenciales de su diario trajinar por este país, plantea desde un comienzo una pregunta que es necesario responder: ¿qué sucede en un país que poc...

Full description

Autores:
Alzate Ochoa, Gabriel Jaime
Rodríguez Montenegro, Ángela Marcela
Herrera Barco, Karheryn Alejandra
Hernández Peña, Stephanía
Grisales Callejas, Santiago
Cuadros, Laura
Sandoval Paz, lsabella
Otero Núñez, María Camila
Valderrama, Ana Lucía
Duque Parra, Daniela
Vásquez, Miguel Ángel
Gutíérrez Trujillo, Karent Lizeth
Ceballos Cerón, César Leonardo
Osario Sánchez, Nathalia
Mosquera Capote, Mauricio
Álzate Díaz, Valentina
Murillo M, Jael
Moreno, Isabela
Tipo de recurso:
Fecha de publicación:
2015
Institución:
Universidad de San Buenaventura
Repositorio:
Repositorio USB
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:bibliotecadigital.usb.edu.co:10819/4440
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/10819/4440
Palabra clave:
Autores vallecaucanos
Estudiantes de Psicología - Universidad de San Buenaventura. Cali
Crónicas
Literatura colombiana
Conflictos sociales
Conflictos sociales
Violencia en la literatura
Rights
License
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Colombia
Description
Summary:El proceso de investigación para cada crónica, el seguimiento a sus personajes, conocer sus vidas y sus asuntos más complejos y oírlos narrar los momentos esenciales de su diario trajinar por este país, plantea desde un comienzo una pregunta que es necesario responder: ¿qué sucede en un país que poco quiere a su gente, que la destruye, la humilla, la persigue, la aniquila y la enferma? Y es en este libro que encontrarán historias que muestran esos hechos. Sí, esos y otros más, porque como suelen decir, la vida no puede ser solo tristeza y sangre y vejación. También hay ejemplos de lucha, de supervivencia, de amor y de entrega a una causa o a una persona, porque eso también es el país donde vivimos y no podemos olvidarlo. Cuando el cielo es azul, brilla el sol y todavía no hemos oído llorar a nadie, tenemos la sensación de que que la guerra y los seres humanos están lejos y que vivimos en el mejor de los mundos posibles.