Cosechando sueños y memorias cuerpos, ciudad y distopías
Como pretexto para prologar este libro que sostienen sus manos, apreciado lector, me he tomado el atrevimiento de traer a colación aquel título de uno de los relatos de la cuentística de Gonzalo Arango nombrado “Yo recojo mi cadáver”, pues es allí, y no en otra parte, en donde la metáfora sale de la...
- Autores:
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Palacios Gómez, Daniel
Caicedo Girón, Jonathan
Arboleda Ramos, Laura Daniela
- Tipo de recurso:
- Book
- Fecha de publicación:
- 2024
- Institución:
- Universidad de San Buenaventura
- Repositorio:
- Repositorio USB
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:bibliotecadigital.usb.edu.co:10819/22586
- Acceso en línea:
- https://hdl.handle.net/10819/22586
- Palabra clave:
- 890 -Otras literaturas
Literatura Colombiana
Cuentos Colombianos
Poesía Colombiana
Ensayos Colombianos
Cosechando Sueños
Memorias
Cuerpos
Ciudad
Distopías
- Rights
- openAccess
- License
- http://purl.org/coar/access_right/c_abf2
Summary: | Como pretexto para prologar este libro que sostienen sus manos, apreciado lector, me he tomado el atrevimiento de traer a colación aquel título de uno de los relatos de la cuentística de Gonzalo Arango nombrado “Yo recojo mi cadáver”, pues es allí, y no en otra parte, en donde la metáfora sale de la imagen y devela al cuerpo. La literatura es una enfermedad incurable en donde siempre juntamos nuestros restos para hacer algo, ¿qué?, ¿cómo? Eso no importa. La música clásica, lenguaje del alma, nos deja como un tatuaje en las costillas el siguiente aparte: “Es muss sein” (tiene que ser). Así es. El encargo de este documento literario es para mí como recoger los restos que me quedan en vida para hacer el milagro del verso. Preñado de palabras escribo lo que escribo. Como bien sabemos, el lenguaje hace al mundo, así como los albañiles ya lo hicieron. El presente libro no tiene más pretensiones que el deleite de la palabra por la palabra. Borges, pensando en las cosas como vívidas, pone ante nuestra existencia las siguientes imágenes: “Es tan triste el amor a las cosas, las cosas no saben que uno existe”. Es, precisamente, cómo este ejemplar de nuestro acostumbrado libro de Cosechando Sueños y memorias no figura dentro de las metáforas de lo evanescente. Él necesita perdurar, sobre todo en el oído de sus autores. No será un objeto más puesto en el anaquel de la biblioteca. Como un perro callejero de pelo café, este libro deambulará por las calles en busca de amos (lectores) que deseen acariciarlo, consentirlo. |
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